Hace cinco días estaba en lección de Italiano y, en un paréntesis de clase donde hablábamos de política, un compañero mío afirmó varias cosas: "Los europeos ponen límites a la inmigración porque sino se llena de gente de afuera, como africanos, y eso trae problemas" ... "Muchas familias pobres viven en casas con un solo dormitorio, y duermen todos amontonados. Por eso despúes ocurren abusos de padres hacia sus hijos, vivir así no es normal". Todos mis compañeros estaban de acuerdo con Luis, incluso mi profesora. Yo unos minutos después le pregunté a Luis (así su nombre) qué era lo normal para él. Pensando en lo que decía Bourdieu en El racismo de la inteligencia, de que la sociedad burguesa transforma las diferencias sociales (ser pobre) en diferencias mentales (ser anormal), elegí no decir más nada, pues en ese momento yo estaba algo cansado y molesto y quería seguir aprendiendo lo que había ido a aprender en esa clase (Italiano).
Ayer leí en La Voz del Interior una nota que me impactó mucho sobre la muerte de dos niñas gitanas ahogadas a metros de una playa napolitana. Todo ocurrió ante la mirada indiferente de los turistas y visitantes del lugar que tomaban sol plácidamente (foto). En ese momento me acordé de mi compañero Luis.
Despúes, leyendo el sitio La Insignia me di con este brillante manifiesto escrito por una Premio Nóbel de Medicina, Rita Levi-Montalcini, quien actualmente tiene 99 años.
Y me acordé de paso de esta columnita de opinión sobre lo que hoy acontece en Europa, que bien podría cotejarse con estos dos muy buenos títulos que vienen abajo, de El País digital. El tema da mucha tela para cortar...
"El racismo cala en las aulas"
Dos tercios de los alumnos rechazan trabajar junto a marroquíes y gitanos"
"Las cosas normales"
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