jueves, 24 de julio de 2008

Menendez y "Mendez"

Hoy se hizo justicia para con varias bestias humanas, más allá de las ideologías. La pena es que a los argentinos tanto nos cuesta aprender la lección que dejó la dictadura y sus crímenes de lesa humanidad. Las bodas de plata de nuestra democracia siguen empañadas por la corrupción estructural y la hipocresía de nuestra clase dirigente: políticos, empresarios (industriales, financieros, mediáticos, mineros y agropecuarios), militares, religiosos y sindicalistas, deberían pensar un poco antes de hablar y golpearse el pecho. Ay, Schiaretti, ay... Todos han seguido fielmente, cuales mercenarios del Imperio, la misma vieja y religiosa tarea de reventar a la juventud pensante y actuante, desarticulando el movimiento popular y democrático en la sociedad. Todos, gobierno tras gobierno -sin reparar en signo político-, hicieron parte de esta genocida empresa incubada allá por 1974, aunque ahora la aniquilación se lleva a cabo mediante formas más sutiles pero igual de eficaces. El destino quiera que alguna fuerza natural o sobrenatural le dé la lucidez o el coraje suficiente a este Gobierno para, no digo patear, pero sí mover un poquito el tablero del poder, intocable de 34 años a esta parte. Ojala, pues, algún día pongámonos de acuerdo en desmentir ese lejano sofisma primaveral de que sólo "con la democracia se come, se educa y se cura".

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