Hace 33 años tomó por asalto a mano armada a un sindicato en su provincia natal, aunque no pudo emcumbrarse. Hace cinco repitió la operación en medio de una elección de gobernador, y falló nuevamente. Un año atrás quiso vencer jugando limpio, pero los catamarqueños le dieron la espalda. Mientras, a lo largo de su rancia y oscura carrera política, sindical, directiva y empresarial, este gángster de la arena pública nacional protagonizó muchos actos violentos cuyo único objetivo fue (y es) el poder. ¿Por qué pudo llegar donde está? ¿Tendremos los ciudadanos algo que ver?
"En este país nadie hace plata trabajando", supo asegurar sin sonrojarse. Y dinero no le debe faltar.
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