Un ejemplo a seguir

Un servidor público de la ciudad de Córdoba manejaba medio chupado y con el carnet vencido, esquiva un control de alcoholemia y luego choca. Paga multa de 400 pesos y le prohíben conducir por 40 días, más o menos el tiempo suficiente para que se le pase el pedo que traía, nada más. Él se defiende diciendo que no estaba tan alcoholizado y que el aparato para medir la graduación alcohólica fallaba. Los inspectores, en cambio, aseguran que una pipeta "nunca puede fallar", al menos cuando se controla a ciudadanos de segunda clase y no a miembros de la aristocracia municipal. Finalmente, el funcionario conservará su cargo y podrá volver a manejar borracho su automóvil dentro de sólo unas cuantas semanas. Eso sí: con el carnet renovado.


"Polémica por funcionario municipal detenido en control de alcoholemia

Se trata del titular de Procuración Fiscal municipal. Admitió haber tomado la noche anterior al test. Además tenía el carné vencido."