viernes, 6 de febrero de 2009
Encachilada
Hace pocos años, Elisa Carrió no se cansaba de repetir que Mauricio Macri era su "límite moral" a la hora de entablar acuerdos electorales con el objetivo de enfrentar al peronismo. Mas parece que últimamente las fronteras éticas de la líder de Coalición Cívica se han corrido más de la cuenta, y ya no se sabe si en vez de estar viendo a una prominente dirigente opositora estamos ante una adolescente encachilada con un compañerito de clase de ojitos celestes que no le da mucha bola. Es que la apuesta de hacer una alianza con el PRO a nivel nacional pero nunca a nivel porteño, no ha salido bien porque es ahora Macri quien le cierra las puertas a la otrora intransigente señora. "Yo no puedo proponer al espacio que lidero (el PRO) hacer alianzas con una persona que no conozco, no la he visto gobernar, porque para cualquier cosa seria se tiene que conocer y dialogar", remató el jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires. El personalismo, la flexibilización moral unida a un pragmatismo desesperado y la amorfia ideológica le van a jugar en contra a Carrió, en una época donde el país necesita más que nunca de líderes con identidad y capacidad política e ideológica. Aggiornarse a los nuevos tiempos no significa estar obligado a renunciar a esos atributos, que son la fuente de ideas y de principios éticos que pueden ayudar a recomponer las instituciones y enfrentar el robo estructural.
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